MICRORRELATOS

Pretendía enamorarla regalandole rosas, chocolates y peluches. Sin sospechar que detrás de aquel hermoso y angelical rostro, lo que ella deseaba era un par de esposas, un látigo y muchos atuendos de cuero negro.

Que oportuno fue darme cuenta el 14 de febrero, que la mejor compañía era la persona que me sonríe en el espejo.

Todos los días buscaba un dulce desahogo, el solo venia me sonreía pero yo solo quería sus gotas amargas.

Note sus manos enguantadas apretándome la garganta. Intente soltarlas, pero no pude. Estaba soñando. El día siguiente soñé que estaba muerto y la ora, que me enterraban.Las noches siguientes no soñé, intente despertarme, pero no pude. 

Así fue como en un paseo, algo logro llamar su atención, "mira mama, puedo volar". Esas fueron sus ultimas palabras antes de caer a la dura realidad. 

No sabia como expresar lo que sentía, así que le compre unas rosas y cuando se marchitaron, se marcho. 

Una cara sonriente me esta espiando desde la oscuridad, detrás de la ventana de mi dormitorio. Vivo en un noveno piso.

Una noche oscura cogí la factura, me acerque al hombre que me debía y le pegue tres tiros. 

En medio de mi traba veía en el cielo una luciérnaga, luego pensé que era un bombillo; mi pareja me tomo la mano y me dijo, mira la luna.